María Isabel Muñoz, una joven Venezolana de 29 años, comienza Amuebla, una pequeña empresa de muebles e interiorismo para oficinas. Contando en ese entonces solo con sus habilidades y ganas de emprender.
José Bianchi, chileno, esposo y socio de María Isabel, comienza un pequeño taller de carpinteria, en apoyo y para desarrollo de Amuebla.
Con el paso de los años, y en la búsqueda de satisfacer las necesidades de los clientes, Amuebla desarrolla herrería y tapicería para la fabricación de estructuras de escritorios y sillas.
Carlos Harbie Muñoz, integrante de la familia, se incorpora al equipo, y con su llegada se impulsa la idea de construir una planta de 3000m2.
El nuevo milenio comienza en grande, ya instalados con todas sus maquinarias, sumando las nuevas adquiciones traidas de Europa, está oficialmente funcionando la industria Amuebla.
En vista del avance, la familia Amuebla no duda en abrir las puertas para iniciar las importaciones de partes y piezas desde Italia y Estados Unidos, logrando llegar a grandes clientes e instituciones gubernamentales.
Al poco tiempo de llegar a la empresa, Leonardo Bianchi realiza un viaje a China, con la idea de entablar un nuevo camino para el proyecto familiar. Debido a la demanda, se externalizan algunos procesos de manufactura en Asia.
Para agilizar los procesos de comercio exterior se consolidan las mercancias traidas de los distintos proveedores y se establecen con sede en Panamá.
Un año para expandir el camino, aparece formalmente Dunati, una marca que llega como un nuevo canal de distribución a nivel nacional, aumentando la participación en el mercado.
Luego de años de trabajo constante, Dunati llega a Chile y rapidamente toma el ritmo del mercado Chileno. Meses más tarde Amuebla Venezuela es representante de la marca a Dunati en Venezuela.
Dunati Chile abre su primer showroom, ubicado en Ciudad Empresarial, uno de los barrios de oficinas más importantes y consolidados de Santiago.